Sembradoras de arroz, desbrozadoras, romplón, carpidoras, equipos para siembra directa son solo algunos de los implementos que don Eduardo Escobar fabrica para proveer la alta demanda del sector agrícola del país. Aunque asegura que no existe reto que no pueda superar, el emprendedor señaló que son los equipos cañeros su obra maestra.
Eduardo Escobar, más conocido como ‘don Fierro’ afirma que, según el pedido, se demora entre siete a 15 días en fabricar los implementos, que tiene un precio entre $us 2.500 (una picadora de pasto) y $us 10.000 (como las sembradoras o las chatas de los camiones).
Sus creaciones incluso han llegado a diferentes departamentos del país.
Una de las ventajas que más resalta don Eduardo es que sus creaciones son trabajadas de acuerdo a las necesidades del productor. “Muchas veces me han contratado para adaptar máquinas recién compradas, porque se necesitaba mayor profundidad en el surco o que tenga mayor alcance”, sostuvo, orgulloso de sus obras.
Hoy, a sus 80 años de edad y más de 35 años de haber incursionado en el ámbito agropecuario y de la construcción, a través de la fabricación de niveladoras de carreteras, aplanadoras, entre otras, se jacta en señalar que ha trabajado para grandes ingenios azucareros como Guabirá y Unagro, entre otros; con importantes empresarios y ganaderos; y con empresas de construcción, como IASA y Concretec, además del Servicio Nacional de Caminos.
Sus inicios
Proveniente de una familia humilde, ‘don Fierro’ asegura que esta actividad la realiza de manera empírica. “Todo lo tengo en mi cabeza”, aseguró el metalúrgico, que afirmó que empezó soldando ollas, después consiguió soldar radiadores de movilidades y enderezó el chasis de los camiones durante 20 años; labor que le dio buenos frutos e incluso en 1994 se le otorgó la Medalla al Mérito Municipal en la gestión del alcalde Percy Fernández.
La aparición de la competencia hizo que don Eduardo incursione en la fabricación de implementos agrícolas, un sector en el que, según él, siempre está en constante crecimiento.
Un negocio en ascenso
A pesar de su edad y de su enfermedad (le diagnosticaron diabetes hace un año), don Eduardo continúa trabajando en su taller Agrofierro con la ayuda de Walter Escobar, uno de sus ocho hijos, a quien le enseñó todo sobre el negocio.
Su experiencia también ha servido para capacitar a sus trabajadores, incluso algunos, luego de 10 años de aprendizaje, decidieron independizarse. El especialista en fierros hizo conocer que actualmente elaboran unos 50 implementos al año, entre agrícolas, pecuarios y de construcción
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