En los aceros, el endurecimiento y la pérdida de
tenacidad originados al ser estirados o laminados en frío van aumentando lentamente con el
tiempo, hasta alcanzar el máximo al cabo de
cierto tiempo (meses o años) si el acero permanece a la temperatura ambiente. Esto es lo que
se llama envejecimiento de los aceros.
Este fenómeno se puede acelerar calentándolos
hasta 200 o 300 °C, con lo cual alcanzan mucho
antes su máxima dureza. Este tratamiento se denomina envejecimiento artificial. Y, como aumenta su fragilidad, y el acero entre 200 y 300 °C
tienen color azul de revenido, a aquélla se la conoce como fragilidad azul del acero. El envejecimiento y la fragilidad azul afectan sólo al hierro
no técnicamente puro y al acero.
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