martes, 19 de agosto de 2014

Clasificación según su composición

Atendiendo a su composición, los aceros se pueden clasificar en dos grandes grupos: aceros al carbono y aceros aleados.
Aceros aleados Son aquellos que, además del carbono, contienen otros elementos en cantidad suficiente como para alterar sus propiedades. Respecto de su composición, pueden ser de baja y de alta aleación. Seguidamente se citan los elementos que pueden contener los aceros, tanto deseables como indeseables, en forma de impurezas, agrupados según la influencia que ejercen. 
Elementos que aumentan la dureza. Fósforo, níquel, silicio, aluminio, cobre, cobalto, manganeso, cromo, wolframio, molibdeno, vanadio y titanio. Los siete últimos aumentan la dureza y la conservan a elevadas temperaturas. 
  Elementos que modifican los puntos críticos. Bajan los puntos críticos (temperaturas de transformación): níquel, manganeso y cobre. Elevan los puntos críticos: molibdeno, aluminio, vanadio; wolframio y silicio. El cromo los eleva en aceros de alto contenido en carbono y los baja en los de bajo contenido. 
Elementos que influyen en el tamaño del grano. Titanio, vanadio y aluminio limitan el crecimiento del grano de la austenita. Elementos que influyen en la templabilidad. La aumentan: manganeso, molibdeno y, en menor proporción, cromo, silicio y níquel. La disminuye el cobalto. 
Elementos que influyen en la resistencia a la corrosión. El cromo favorece la resistencia a la corrosión. El molibdeno y el wolframio, la resistencia a la oxidación. La adición de estos elementos supone disponer de materiales que bajo determinadas circunstancias —como el calor, tipos de ácidos o salinidad— no sufran alteraciones que pudieran llegar a la perforación por corrosión.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario