En oportunidad de la Primera versión de la Feria del Repuesto Original (FRO) realizada en Bolivia el pasado fin de semana, el representante para América Latina de John Deere, Jorge Barton, señaló que de cada 10 cosechadoras agrícolas en el país, seis provienen de la afamada marca. Además de tener la totalidad del mercado de cosechadoras de caña, por lo que anualmente la empresa factura en Bolivia alrededor de $us 100 millones. También afirmó que el país cuenta con un potencial mercado para las maquinarias agrícolas, ya que la superficie cultivada puede crecer horizontalmente cinco veces con respecto al área actual en los próximos.
P. ¿Qué significa Bolivia para John Deere? ¿Es interesante este mercado?
J.B.: A nivel de potencialidad y crecimiento, Bolivia es el número uno, ya que puede tener un gran crecimiento horizontal, es decir, puede crecer cinco veces más el área de siembra actual y en cuanto al rendimiento es mucho mayor al promedio en la actualidad. Hay una gran superficie que todavía no está siendo aprovechada, eso se verá con el tiempo, pero lo más interesante es que en el área que ya está siendo trabajada existe la posibilidad que los rendimientos se puedan duplicar.
P. ¿Cuánto ha facturado John Deere la pasada gestión? ¿Qué participación tiene Bolivia?
J.B.: A nivel mundial hemos facturado $us 45.000 millones y en Sudamérica estamos en el orden de los $us 5.000 millones, en cuanto a Bolivia estamos cercanos a los $us 100 millones anuales. Bolivia es el quinto país más importante en Latinoamérica, después de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, sin embargo, como dije anteriormente, es el número uno en cuanto a potencialidades.
P. ¿Qué participación tienen en el mercado de maquinaria agrícola en el país?
J.B.: Nuestra participación en el mercado nacional de máquinas agrícolas es creciente. Actualmente tenemos un 60% en maquinas de cosechas de granos, es decir que de cada 10 cosechadoras, seis son de John Deere. En cuanto a cosechadoras de caña estamos al 100%.
P. ¿Qué es lo que más le atrae de John Deere al agricultor boliviano?
J.B.: Los agricultores bolivianos gustan de los productos de John Deere porque saben que es un producto reconocido en el mercado internacional y que además de su productividad, tiene algo que es muy importante, el respaldo. Entonces son casi 50 años que la marca está presente en el país y va a ser cuatro años con la firma Nibol, en donde la preferencia por nuestra marca está creciendo.
P. ¿Qué características tiene la producción en la región en comparación de otras latitudes del mundo?
J.B.: El crecimiento en los próximos años se concentrará en la soya y el maíz, que generan las proteínas alimenticias que el mundo necesita, entonces hay que pensar que no es lo mismo el trabajo que realiza una máquina en Latinoamérica que en Europa o Estados Unidos, porque en la región una cosechadora trabaja entre 1.200 a 1.400 horas cada año, mientras que en Estados Unidos realiza unas 350 horas, es decir que aquí una máquina trabaja en un año lo que en el país del norte lo hace en cuatro años. Por ende, los productos tienen que tener la habilidad y resistencia necesaria para las exigencias del trabajo.
P. ¿Cómo puede crecer la producción en Bolivia?
J.B.: Bolivia por ejemplo no está al nivel de Argentina, pero no existe nada que diga que no lo puede estar, los crecimientos no se dan de un día a otro, tenemos que pensar en capacitación a los productores, en adoptar nuevas tecnologías como la agricultura de precisión. Si miramos el mapa, en todo el mundo no existen regiones que puedan tener el crecimiento y potencial como en América Latina, aquí existe mucha tierra improductiva y se puede crecer exponencialmente.
Para saber
Empresa. La firma NIBOL distribuye oficialmente hace más de tres años la marca John Deere en todo Bolivia. Los productos (cosechadoras, tractores, accesorios, entre otros) de la afamada marca destacan por su calidad y garantía.
Ventas. John Deere vendió en 2013 alrededor de $us 100 millones en todo Bolivia. Se comercializaron 1.300 tractores y 150 cosechadoras la pasada gestión. El país ocupa el quinto lugar en Latinoamérica, aunque los ejecutivos señalan que existe un potencial de crecimiento enorme, por lo que apuntan a crecer en ventas a la par de la superficie cultivada de alimentos.
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