Para conseguir recubrimientos no metálicos resistentes a la corrosión se utilizan los siguientes
procedimientos:
Fosfatado
Consiste en sumergir el acero en una solución de
ácido fosfórico, nitrato de cinc, fosfato ferroso y
otras sales, con lo que se obtiene una capa formada por un fosfato de hierro y cinc que supone
una base excelente para las capas de acabado en
las carrocerías de automóviles.
Pavonado
Es la protección del acero mediante una capa de
óxido (azul o negra), calentándolo en un baño de sosa cáustica concentrada, que contiene clorato sódico, a 143 °C. De este modo se forma una
capa de óxido protectora pero suficientemente
porosa para admitir aceite mineral, que aumenta su acción.
Anodizado
En el aluminio se puede producir una capa de
óxido protector mediante un tratamiento electrolítico en el cual el aluminio forma el ánodo en
una disolución ácida.
Se emplea para la protección de objetos decorativos, pues la película de óxido puede teñirse con
diversos pigmentos para conseguir un buen aspecto que permanecerá inalterable casi indefinidamente.
Esmaltado
Se realiza aplicando sobre el metal una capa a
modo de papilla de borosilicato de calcio, potasio y plomo. Una vez secas las piezas, se introducen en un horno, donde se funde el esmalte formando una capa protectora vidriada.
El esmaltado se usa para cacharros de cocina,
electrodomésticos y utensilios para la industria
química. Tiene el inconveniente de no ser clástico, y salta si recibe algún golpe.
Pintado
La protección a base de pinturas, barnices, lacas,
resinas sintéticas, etc., actúa principalmente contra el agua. En realidad, pocas veces ofrece una
impermeabilidad absoluta, pero sí gran resistencia a la penetración, limitando la cantidad de
agua que alcanza la superficie del metal. Toda
aplicación de pintura debe ir precedida de un
desengrasado y un decapado cuidadosos del metal, para hacer desaparecer toda traza de óxido,
orín o cascarilla.
En la actualidad los fabricantes de pinturas y
lacas han dado pasos de gigante en este campo,
encontrándose hoy día pinturas que ofrecen una
gran resistencia al ataque de los elementos externos y protegen el metal base del ataque de los
óxidos, que en la chapa de hierro es un auténtico
cáncer.
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