Son las aleaciones del cobre con un metal distinto del estaño: cobre-aluminio, cobre-manganeso, cobre-níquel, etc., y reciben el nombre del
metal aleado con él: bronces al aluminio, bronces al níquel, etc.
Los bronces especiales más importantes y conocidos son:
Bronces de aluminio. Las aleaciones cobre aluminio contienen un porcentaje máximo de
aluminio del 12%. Si están formadas sólo por
cobre y aluminio, se denominan cuproaluminios; si contienen pequeños porcentajes de otros
elementos, se llaman bronces complejos de aluminio. Son dúctiles y maleables, con buena resistencia mecánica y a la corrosión.
Se emplean para construir ejes de bombas, turbinas, faros, reflectores, etc.
Bronces de níquel. Las propiedades de estas
aleaciones varían de forma continua según los
porcentajes empicados. Tienen una extensa aplicación y algunas de ellas se conocen con los siguientes nombres populares:
• Niquelina. Contiene un 32% de níquel.
Se emplea para la construcción de resistencias.
• Constantán. Contiene un 45 % de níquel.
Se utiliza para patrones de resistencias y cañas
pirométricas:
• Metal Monel. Contiene un 66 % de níquel.
Se utiliza para la construcción naval (hélices,
válvulas, etc.).
• Alpacas. Aparte del cobre, contienen níquel
y cinc. Son útiles para la fabricación de cubiertos, relojería, resistencias eléctricas, etc.
Bronces de manganeso. Poseen gran resistencia mecánica a altas temperaturas. Estos bronces, además de manganeso, contienen adiciones
de otros elementos: níquel, aluminio, silicio, etc.
Bronces de plomo. Son aleaciones de cobre
con un alto porcentaje de plomo (del orden del
40 %) y otros elementos, como estaño, níquel y
cinc. Poseen gran plasticidad y se emplean para
cojinetes.
Bronces de silicio. El silicio aumenta la resistencia a la tracción del cobre, junto con una
buena conductividad eléctrica. Se emplean para
hilos telegráficos y telefónicos.
• Bronces de berilio. Son de gran importancia, pues se consiguen extraordinarias características mecánicas mediante un tratamiento de
bonificación. Son muy buenos conductores.
Tienen un amplio campo de aplicaciones: contactores, relés, porta-escobillas, muelles para válvulas de motores, piezas de relojería, engranajes,
rodamientos, hélices, etc.
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