Los bronces son aleaciones de cobre y estaño.
Actualmente se aplica también esta denominación a todas las aleaciones de cobre con cualquier metal o metales, excepto con el cinc.
En los bronces de aplicación industrial, el porcentaje de estaño no es superior al 22 %, y su
acción es similar a la del cinc, pero más enérgica.
Las propiedades mecánicas aumentan con el
porcentaje de estaño, y también la resistencia a
la corrosión.
Los bronces con menos de un 6 % de estaño son
blandos, dúctiles y maleables en frío. Se emplean
para medallas, monedas, alambres y chapas de
embutición.
Los bronces con un 10-12% de estaño ofrecen
gran resistencia y dureza. Se utilizan para piezas
sujetas a grandes esfuerzos y débil rozamiento
(engranajes, casquillos de cojinetes, tornillos sin
fin, etc.).
Los bronces con un 12-18 % de estaño son también muy duros y resistentes, y maleables en caliente.
Resisten bien al rozamiento. Se emplean
en cojinetes, engranajes, piezas de maquinaria,
etcétera.
Los bronces con más de un 22 % de estaño no
son maleables y tienen gran dureza, pero su resistencia disminuye debido a su fragilidad. Se
emplean para fabricar campanas y platillos.
En general, los bronces se pueden clasificar en
dos grupos: bronces ordinarios y bronces especiales.
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