Plomo. El cobre y el plomo son sólo parcialmente miscibles en estado líquido y prácticamente insolubles en estado sólido. El plomo, debido a su bajo punto de fusión, se licúa en el
cobre a todas las temperaturas superiores a su
punto de fusión, 327 "C, y así el plomo en cobre
sólido aparece en forma de glóbulos o películas
rodeando los granos cristalinos. Su acción es
análoga a la del bismuto y forma un eutéctico
con menos de un 0,1 % de cobre, que tiene un
punto de fusión un grado por debajo del del
plomo. El cobrc con más de un 0,005 % de
plomo no se puede laminar bien en caliente.
Silicio. Algunas veces, este elemento se emplea como desoxidante, y debido a que se disuelve el exceso en estado sólido, afecta bastante
a la conductividad eléctrica, si bien en menor
grado que la mayoría de los desoxidantes. El cobre puede retener hasta un 4 % de silicio en disolución sólida a la temperatura ambiente.
Fósforo. Este elemento es un desoxidante intenso, pero, a causa de su solubilidad sólida, la
más pequeña porción que resta en el cobre influye desfavorablemente sobre la conductividad.
El efecto general, hasta un 0,95 %, es aumentar la
resistencia a la tracción del cobre y el límite de
fatiga sin disminuir la tenacidad y la ductilidad.
Por un adecuado tratamiento del cobre con fósforo, prácticamente no quedan ni óxido ni desoxidante residuales. Ahora bien, las grandes cantidades de fósforo hacen que el cobre sea muy
frágil, por formar la combinación Cu3P, soluble
en aquél en un 1,2% a 705 ÜC, y un 0,5% a
300 °C, y un eutéctico con un 8,2 % de fósforo
que se funde a 707 °C. El cobre fosforoso del comercio, que contiene del 10 al 14% de fósforo,
está integrado por Cu3P y el eutéctico.
Cadmio. El cadmio, de modo análogo a la
plata, eleva la temperatura a la cual el cobre trabajado en frío empieza a recristalizar y, además,
hace más tenaz el material y aumenta su resistencia a la fatiga. En conducciones aéreas, como
las que se emplean en las líhcas de teléfono, telégrafo y ferrocarriles eléctricos, es un importante
factor la resistencia a la tracción del material, y
es el cadmio el elemento que tiene el máximo
efecto en el aumento de dicha resistencia y el
mínimo en la disminución de la conductividad.
Con un 0,08-0,1 % de cadmio se consiguen los
alambres pesados de troles estirados en frío, de
una resistencia a la tracción de 45 kg/mm2, combinada con una conductividad del 89 %.
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