Generalidades
Los tratamientos térmicos, en ocasiones, no son
suficientes para mejorar ciertas características,
particularmente en la superficie de los metales.
Cuando se necesitan piezas con una superficie
muy dura, resistentes al desgaste y la penetración, y con el núcleo central muy tenaz para poder resistir y soportar los esfuerzos a que están
sometidas, se usan diversos procedimientos tales como los tratamientos termoquímicos.
Se denominan termoquímicos (o de cementación) porque, aparte las operaciones de calentamiento y enfriamiento, modifican la composición química del acero en la capa superficial
mediante el aporte o la difusión de ciertos elementos (carbono, nitrógeno, azufre, etc.).
Con ellos se trata de conseguir algunos de los fines siguientes:
• Aumentar la dureza superficial sin alterar
la tenacidad del núcleo.
• Favorecer las cualidades de lubricación y
rozamiento
• Aumentar la resistencia al desgaste
• Aumentar la resistencia a la fatiga
• Mejorar la resistencia a la corrosión
Según la naturaleza del agente difundido, se distinguen los siguientes tratamientos termoquímicos:
° Cementación
• Nitruración
• Cianuración
• Carbonilruración
• Sulfinización
Estos tratamientos termoquímicos se deben realizar en unos hornos especiales del tipo «mufla»,
como en el caso de la cementación, o en unos
hornos con atmósfera controlada de nitrógeno,
en el caso de la nitruración, durante un tiempo
dado que determina el espesor de la capa que se
ha querido endurecer.
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