Este tratamiento, al igual que el anterior, tiene
por objeto crear una capa rica en carbono y nitrógeno, calentando el acero entre 700 y 900 °C y
en una atmósfera gaseosa formada por una mezcla de hidrocarburos, amoníaco y óxido de carbono.
De esta forma se obtienen capas que oscilan entre 0,1 y 0,6 mm de espesor en un proceso que
dura varias horas.
Presenta las ventajas, sobre la cementación, de
producir menos deformaciones y de efectuarse a
menor temperatura. Se aplica a aceros al carbono y a aceros de aleación, consiguiéndose su
máxima dureza con un tratamiento de temple
posterior al proceso.
Se usa preferentemente para tratar ruedas dentadas y piezas de poco espesor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario