Corrosión
El estado de equilibrio, o forma estable, de los
metales es el que presentan en la naturaleza
combinados con otros elementos con los cuales
lorman compuestos químicos (óxidos, carbonalos, sulfatos, etc.).
Mediante los procesos metalúrgicos se obtienen
los metales puros, a partir de los minerales, situándolos en condiciones no estables que pueden conservar durante largos periodos. En este
estado, los metales poseen una tendencia hacia
su estado natural llamada corrosión que se manifiesta como una destrucción lenta y progresiva
de los metales por efecto de agentes exteriores.
Mientras que el proceso para obtener un metal
es provocado y rápido, el de la corrosión es,
hasta cierto punto, natural y lento. Cuando un
metal se halla en un ambiente corrosivo, las partículas que reaccionan sólo se encuentran en
cantidades limitadas, pues su contacto es superficial; por tanto, la reacción ha de ser lenta, y más
aún si se la obstaculiza recubriendo de algún
modo su superficie.
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