viernes, 26 de septiembre de 2014

Causas - II

Corrosión química Es el resultado de la acción de los ácidos y los álcalis. Por io que respecta a los ácidos, hay que distinguir entre oxidantes y no oxidantes. 
Acción de los ácidos no oxidantes Cuando los ácidos no son oxidantes (sulfúrico, clorhídrico, etc.), la corrosión depende de que el metal sea capaz o no de desplazar los iones de hidrógeno de la disolución, lo cual sucede con los metales situados en el lado activo de la serie electroquímica, provocando el desplazamiento de iones de hidrógeno y por tanto la reacción continuará hasta agotarse el metal. El hierro es atacado por los ácidos no oxidantes, lo cual favorece la presencia de azufre.
Acción de los ácidos oxidantes Los ácidos oxidantes favorecen la reacción catódica de modo que ésta, en ausencia de oxígeno disuclto, puede producirse rápidamente. Los metales del lado activo se disuelven en el ácido nítrico; los del lado noble también, y más violentamente si no se agita el líquido. El hierro es atacado por el ácido nítrico, pero aquél puede formar una película protectora en la superficie, cesando así el ataque, aunque esta película será disuelta muy lentamente. Si el ácido está diluido, la corrosión tiene lugar violentamente, pero, si el ácido está concentrado, el hierro queda autoprotegido después de un li gero ataque al principio. Así pues, el hierro puede pasivarse introduciéndolo en ácido nítrico concentrado, lo cual le permitirá resistir la acción del ácido diluido que normalmente lo atacaría. 
Acción de los álcalis Los álcalis actúan como ligeramente corrosivos si están diluidos, pudiendo incluso proteger a los metales. En disoluciones concentradas, los atacan rápidamente. Los metales susceptibles de ser atacados por una solución de hidróxido sódico son: cinc, aluminio, plomo, estaño y cobre. Los más resistentes a los álcalis son: níquel, plata y magnesio.

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