El cubilote es un horno de cuba vertical, de unos
4 a 6 metros de altura, que se carga por la parte
superior, en capas alternadas, con carbón de coque, lingote o chatarra y fundente castina. El
viento necesario para la operación se inyecta por
la parte inferior, por toberas unidas a una caja
de palastro que rodea al cubilote. En el crisol se
reúne la fundición en estado líquido, y flotando
en ella la escoria, que se saca por el agujero de la
colada correspondiente, llamada agujero de escoriar.
Por tratarse de un horno destinado sólo a fundir,
es necesario conducir el fuego y el aire de manera que la temperatura se mantenga alta, a fin
de que el hierro salga bien fluido para la colada.
Al mismo tiempo, conviene que el combustible
arda bien para aprovechar todo el calor de la
combustión completa; por este motivo, el viento
que se inyecta en el cubilote se reparte por una
gran superficie anular al efecto de que esté en
contacto con la mayor superficie del carbón, debiendo penetrar hasta el centro del horno. El
aire no debe tener mucha presión, porque en
este caso el coque se quemaría rápidamente;
en vez de la presión, se aumenta la cantidad,
para así obtener una temperatura suficiente.
El objeto del fundente empleado es el de separar
las impurezas del coque y el lingote formando
una escoria muy Huida que las arrastra flotando
en la fundición líquida.
El producto obtenido es la fundición de segunda
fusión, utilizada para fabricar piezas.
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