Atendiendo a los elementos que entran en la
composición de las fundiciones, las podemos
agrupar en fundiciones comunes, aleadas y especiales.
Fundiciones comunes
Son las que únicamente contienen hierro, carbono y pequeñas cantidades de silicio, manganeso, azufre y fósforo, sin que en su elaboración
intervenga ninguna técnica especial. Por el aspecto que presentan, sus superficies de fractura
se clasifican en blancas, grises y atruchadas, las
cuales ya hemos explicado anteriormente.
Fundiciones aleadas
Son las que contienen elementos de aleación
destinados a modificar sus propiedades, que
suelen ser: níquel, cromo, molibdeno, cobre, etc.,
y también silicio fósforo y manganeso en cantidades superiores a lo normal, con el objeto de
conferir al producto ciertas características especiales. El cromo, el manganeso y el molibdeno
forman carburos con el carbono y se oponen a la
grafitación, favoreciendo así la formación de
la fundición blanca.
Además de los elementos antes citados, las fundiciones aleadas pueden contener lo mismo que
las comunes, azufre, fósforo, oxígeno e hidrógeno. El azufre favorece la formación de cementita y se opone a la grafitación del carbono; al
combinarse con el manganeso, origina sulfuro
de manganeso; y como, en este compuesto
químico, ni el azufre ni el manganeso tienen ninguna influencia sobre la grafitación, resulta que,
si se añade azufre a una fundición que contiene
manganeso, al principio aquél neutraliza a éste y
favorece la grafitación, y sólo en cantidades mayores provoca la formación de cementita.
El fósforo se añade a las fundiciones a fin de alimentar su fluidez cuando se quiere fabricar piezas de formas complicadas. Este efecto se debe a
que se forma steadita, cuyo punto de fusión es
muy bajo y hace descender el de la fundición.
El oxígeno se encuentra en las fundiciones a
modo de inclusiones no metálicas de óxido de
hierro, óxido de manganeso, óxido de aluminio y
óxido de silicio. El oxígeno se opone a la grafitación del carbono y disminuye la fluidez del me-
tal en la colada.
El hidrógeno es un elemento indeseable en las
fundiciones y se presenta como una impureza
gaseosa que produce fundiciones porosas. Proviene del vapor de agua, del aire soplado y de la
humedad del coque y de la arena de los moldes.
Fundiciones especiales
Las fundiciones son muy sensibles al espesor de
la pared, espesor determinado por el carbono y
el silicio, los cuales deben ser dosificados de manera que produzcan fundiciones en que la distribución del grafito sea máxima y lo más fina posible.
Con este objetivo, se han elaborado varias calidades de fundición menos sensibles al espesor
de la pared, entre las cuales cabe mencionar la
llamada Mechanite, o fundición gris inoculada:
una fundición blanca de composición especial a
la que se añade, en estado líquido, un inoculante
de calcio-silicio que mejora sus propiedades, aumentando notablemente su resistencia a la tracción y evitando que aparezcan zonas blancas.
Contiene un 2,8 % de carbono y un 1,1 % de silicio.
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