Consiste en calentar las piezas obtenidas por
compresión en frío, a una temperatura inferior a
la de fusión del componente principal, para conseguir un efecto similar al de calentar los metales deformados en frío, esto es, favorecer la difusión de los componentes y conseguir la
recristalización en muchos casos.
Cuando los polvos aglomerados no pueden ser
mecanizados después de sinterizados, se realiza
con ellos un presinterizado a temperatura más
baja y luego se los sinteriza. Véanse unos ejemplos: el aluminio se sinteriza entre 300 y 500 °C
durante 24 horas; el bronce se sinteriza a más de
700 °C durante 30 minutos; el carburo de tungsteno se presinteriza a 800 °C y luego se sinteriza
entre 1.340 y 1.550 °C.
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