Su característica más importante es que las
herramientas construidas con ellos pueden trabajar a velocidades de corte muy elevadas
(14 m/min) y a temperaturas de 600 °C sin que
sus filos pierdan la capacidad de corte.
Los aceros rápidos contienen, fundamentalmente, proporciones elevadas de tungsteno, cobalto y molibdeno, y, secundariamente, cromo y
vanadio. El carbono está en una proporción elevada, oscilando entre 0,65 y 0,85 su porcentaje.
Las propiedades de los aceros rápidos son:
• Estabilidad al revenido.
• Dureza en caliente.
• Resistencia al desgaste.
Éstas se consiguen mediante dosificaciones adecuadas de los elementos aleantes y por tratamientos térmicos apropiados para obtener la estructura más conveniente, que es la formada por
carburos muy duros y finamente dispersos en
una matriz resistente al ablandamiento por calentamiento.
Se dividen en dos grandes grupos: aceros al
tungsteno y aceros rápidos al cobalto, o extrarrápidos.
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