Con la transformación en frío se consigue mejolar la carga de rotura y el límite clástico, pero se
vuelven ligeramente magnéticos al transformarse parte de la austenita en martcnsita. No
debe olvidarse que las piezas fabricadas de esta
manera experimentan un aumento de volumen
que causa grandes problemas cuando las tolerancias son muy estrechas. La acritud producida
por una deformación en frío no sólo endurece el
acero, sino que aumenta su permeabilidad magnética y el límite de fatiga.
A los aceros austeníticos con contenidos de carbono superiores al 0,03 % que se hayan mantenido a temperaturas comprendidas entre 400 y
900 °C, es necesario someterlos al tratamiento de
temple auslenítico para disolver los carburos
precipitados y así dejarlos insensibles a la corrosión intergranular.
Estos aceros, los más empleados, tienen un consumo del 50 % del total de los aceros inoxidables. Los tipos normalizados son:
AISI 314. Acero inoxidable austenítico al
cromo-níquel. Es el comúnmente conocido
como 18/8. Contiene 0,08 % de carbono, 18 % de
cromo y 9 % de níquel. Siendo el más clásico de
los aceros austcníticos inoxidables, es muy
dúctil y resistente a la corrosión atmosférica y a
la del agua del mar, así como al ataque de productos alimenticios, de ciertos ácidos minerales
y de la mayoría de los ácidos orgánicos. Se emplea en la construcción de equipos para la industria química y de la alimentación, y para utensilios de cocina y aparatos domésticos que no
requieran soldaduras en las zonas sometidas a
fucrlc corrosión. Admite pulidos con acabados a
espejo, por lo cual se utiliza también en ornamentación.
AISI 315. Acero inoxidable austenítico al
cromo-manganeso. Contiene 0,14% de carbono,
12% de cromo y 19% de manganeso. Es un
acero soldable y resistente a elevadas temperaturas (800 °C). Se emplea para la fabricación de
colectores de escape y piezas similares.
AISI 321. Acero austenítico al cromo-níquel
12-12, con silicio y tungsteno, para válvulas. Está
compuesto de 0,45 % de carbono, 1,40 % de silicio, 14 % de cromo, 14 % de níquel y 3 % de wolframio. Es el acero para válvulas de más alta calidad y se emplea para válvulas para trabajar a
muy altas temperaturas (hasta 1.100 UC), y también para válvulas huecas refrigeradas por sodio
para motores de aviación y marítimos.
AISI 331. Acero inoxidable austenítico al
cromo-níquel 25-20, resistente a altas temperaturas. Contiene 0,15% de carbono, 25% de
cromo y 20 % de níquel. Tiene gran resistencia a
la corrosión originada por los ácidos y a la oxidación a elevadas temperaturas (1.100 °C) en
condiciones reductoras o carburantes. Muy resistente al CREP. Recomendado para piezas
para hornos, quemadores, cajas de cementación,
crisoles de baños de sales, etc.
AISI 332. Acero inoxidable austenítico 18-10,
estabilizado con titanio. Posee menos del 0,08 %
de carbono, 18 % de cromo, 9,5 % de níquel y 5 %
de litanio. Sus propiedades son similares a las
del 18/8 pero no admite tanto pulimento. Se utiliza para instalaciones aeronáuticas, hidráulicas
y de vapor que precisen soldadura o que trabajen hasta 800 °C en instalaciones soldadas resistentes a los ácidos; también para la fabricación
de productos químicos y alimenticios.
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