miércoles, 10 de diciembre de 2014

Aceros ferríticos

Se caracterizan por su estructura ferrítica a cualquier temperatura; por consiguiente, no hay transformación de la ferrita en austenita en el calentamiento, ni transformación martcnsítica en el enfriamiento. Por este motivo, no existe la posibilidad de regeneración del grano, y la rccristalización sólo es posible mediante una deformación plástica en frío, previo recocido, o mediante una deformación en caliente. A esta familia pertenecen los aceros con un 15-18% de cromo y un máximo de 0,12% de carbono, que ofrecen una resistencia a la corrosión superior a la de los aceros martensíticos. También pertenecen a ella los aceros con un 25-30 % de cromo y un porcentaje inferior al 0,35 %. Del mismo modo, se incluyen los aceros al cromo con un contenido de aluminio hasta el 4%, que son más resistentes a la oxidación y muy utilizados para fabricar resistencias, gracias a su gran resistividad. Las propiedades físicas de estos aceros son similares a las de los martcnsíticos. A veces se les añade nitrógeno, en proporciones entre 0,10 y 0,25 %, para reducir, a temperaturas elevadas, la velocidad de crecimiento de los granos. Cuando un acero con un 15-18% de cromo se calienta a más de 1.000 °C y se enfría al aire, su alargamiento y su resiliencia descienden gradualmente. Con un recocido posterior a 750 °C se consigue aumentar su alargamiento, pero no así su resiliencia, que prácticamente se mantiene. Para poder aumentar ésta, es necesario realizar una nueva transformación, ya sea en caliente o en frío. Los aceros ferríticos, en general, son difíciles de soldar y se emplean en embutición profunda por su ductilidad. Son magnéticos.

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