Para cada lubricante, dentro de su gran variedad
de aplicaciones, hay unas características que, en
mayor o menor grado, deben cumplir. Las principales son: viscosidad, untuosidad, punto de
combustión, punto de inflamación, porcentaje
de coquinación, punto de congelación y punto
de descongelación. Las secundarias son: poder
anticorrosivo, poder antioxidantc, poder antiespumante, poder detergente y resistencia a elevadas presiones.
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