El aire comprimido (AC), indispensable en la minería subterránea, se utiliza
principalmente en máquinas de percusión como las perforadoras, así como
para el accionamiento de palas neumáticas, bombas, cabrestantes, ventiladores, etc.
El AC es generado por medio de compresores de diferente tipo, accionados
por motores eléctricos o por motores de combustión.
Inclusive cuando el rendimiento de las máquinas accionadas por AC es
mucho menor que el de las accionadas por electricidad, la utilización del AC
presenta ventajas tales como: la humedad relativa del aire en el subterráneo que afecta menos a las máquinas neumáticas que a las eléctricas; el tendido, la
operación y el mantenimiento de las cañerías de aire son fáciles de realizar y están
casi exentas de peligro, además los escapes son fácilmente detectables y reparados;
en minas gaseosas la potencia neumática es más segura que la eléctrica: el aire
proveniente de los escapes ayuda a la ventilación, especialmente de labores ciegas.
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