Es una técnica que algunos afi rman es muy exitosa para generar soluciones
creativas. Esta técnica requiere un grupo, de preferencia de 6 a 15 personas, e intenta superar la barrera
más grande que enfrenta la creatividad: el temor al ridículo. La mayoría de las personas, cuando están
en grupo, no expresarán sus pensamientos reales sobre una materia, por el temor de que se rían de
ellas. Las reglas de esta técnica requieren que nadie se burle o critique las ideas de cualquier persona,
sin importar cuán ridículas sean. Un participante actúa como “escriba” y su deber es registrar todas
las sugerencias, no importa cuán tontas parezcan ser. Cuando se realiza de manera apropiada, esta
técnica puede ser divertida y en ocasiones dar por resultado una “frenética alimentación” de ideas
que se vigorizan entre sí. Se puede generar una gran cantidad de ideas en poco tiempo. El juicio sobre
su calidad se pospone para más adelante.
Cuando se trabaja solo, se requieren otras técnicas. Las analogías e inversiones en ocasiones
son útiles. Hay que intentar sacar analogías entre el problema en cuestión y otros contextos físicos.
Si es un problema mecánico, convertirlo por analogía en un fl uido o eléctrico. La inversión voltea
el problema hacia fuera. Por ejemplo, considérese que lo que se desea mover permanezca inmóvil
y viceversa. A menudo surgen las ideas. Otra ayuda útil para la creatividad es el uso de sinónimos.
Definir el verbo de acción en el enunciado del problema y luego elaboran una lista con tantos sinónimos
del verbo como sea posible. Por ejemplo:
Enunciado del problema: Mueva este objeto del punto A al punto B.
El verbo de acción es “mover”. Algunos sinónimos son empujar, jalar, deslizar, lanzar, expulsar,
saltar, derramar.
El objetivo en este paso de ideación es generar un gran número de ideas sin una consideración
particular sobre la calidad. Pero, en cierto punto, el “pozo mental” se secará. Se habrá llegado
al paso del proceso creativo llamado frustración. Es tiempo de olvidarse del problema y hacer algo
más durante un tiempo. Mientras la mente consciente está ocupada en otros menesteres, la mente
subconsciente seguirá trabajando en el problema. Éste es el paso llamado incubación. Súbitamente,
en un momento y lugar inesperados, surgirá una idea, y parecerá ser la solución obvia y “correcta”
al problema… ¡Eureka! Muy probablemente, un análisis posterior descubrirá algunas fallas en esta
solución. De ser así, ¡hay que retroceder e iterar! Puede que se requiera más ideación, investigación
y quizás incluso una redefi nición del problema.
En Unlocking Human Creativity[5] Wallen describe tres requerimientos para las ideas creativas:
- Fascinación por el problema.
- Saturación con los hechos, ideas técnicas, datos y el antecedente del problema.
- Un periodo de reorganización.
El primero de éstos proporciona la motivación para resolver el problema. El segundo es el paso de
investigación de antecedentes ya descrito en la página 8. El periodo de reorganización se refi ere a la
fase de frustración cuando su subconsciente trabaja en el problema. Wallen[5] dice que los testimonios
de personas creativas muestran que, en este periodo de reorganización, no tienen un interés consciente
en el problema particular, y que el momento de generación de ideas aparece con frecuencia en medio
de un periodo de relajación o sueño. Así que para mejorar la creatividad, hay que saturarse con el problema
y material relacionado. ¡Luego relajarse y dejar que su subconsciente haga el trabajo duro!
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