domingo, 3 de agosto de 2014

Acero al vacío - II

El vacío en el horno El horno de vacío más empleado es el ele inducción, aunque también son muy interesantes el horno de arco bajo vacío, con electrodo consumible o no, y el horno de bombardeo electrónico. El horno eléctrico de arco, que suele emplear corriente continua, está constituido por el crisol, unido al borne positivo del rectificador, y por el electrodo, que es el lingote de acero a puriíicar o un electrodo de tungsteno toriado unido al borne negativo. La capacidad máxima de estos hornos suele ser de unas 10 toneladas. Las aleaciones de gran pureza se obtienen por doble fusión: se funden en el horno de vacío calentado por inducción y luego se refunden en el horno de vacío de electrodo consumible. 
El vacío en la cuchara La desgasificación del acero líquido en la cuchara presenta una serie de dificultades: 
a) La escoria que sobrenada dificulta la desgasificación. 
b) La masa de metal del fondo de la cuchara no se desgasifica. 
c) Continúa existiendo el riesgo de contaminación del chorro del metal líquido al colarlo en la lingotera. Actualmente, las cucharas empleadas para desgasificar suelen estar equipadas con una bobina de inducción exterior que tiene una doble finalidad: mantener caliente el metal líquido y agitarlo convenientemente. La agitación de la cuchara también se consigue inyectando gases inertes al metal líquido. Éstos pueden ser el helio o, más convenientemente, el argón. También se pueden eliminar los gases de la cuchara utilizando el sistema conocido como aspiración y retorno: el metal líquido es aspirado parcialmente por un recipiente con una presión reducida y luego se devuelve a la cuchara; esta operación se repite unas cuantas veces. Este procedimiento de desgasificación tiene la ventaja de que, cón el, la escoria no entorpece el proceso, pero tiene como inconvenientes las importantes pérdidas de calor y el elevado coste de la instalación requerida.
El vacío en el chorro de acero También se aplica la desgasificación directamente al chorro de acero, según va cayendo. Este procedimiento tiene la ventaja de su rapidez, ya que el metal, en el chorro, se encuentra pulverizado, lo cual hace muchísimo más fácil eliminar las partículas volátiles.

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